
Falta hacer un estudio de las letras de Formell y en general de los contenidos de VanVan, pero podría adelantar que empezaron y continúan cantándole a nuestra realidad. Basta recordar “La Habana joven”, uno de sus primeros éxitos, que hablaba de los becados cuando estaban de pase; “Mi son entero”, dedicada a los obreros (y que yo tuve el gusto de cantar con ellos una vez); “La Habana no aguanta más”, canción que con valentía planteó el problema del hacinamiento demográfico de la capital; “Se acabó el querer”, tema que incluso fue vetado por la burocracia mediática y que es un cuestionamiento de la vigencia de la condición humana -y quien sabe si hasta de cierta zona de lo posmoderno.
Desde las primeras canciones de Formell, que además es trovador, nos identificamos con lo que hacía como un complemento de lo que sucedía en otros frentes musicales, como podía ser el Quinteto de Jazz, que en aquellos tiempos estaba fundando Chucho, o el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC. No puedo dejar de recordar que incluso Pablo y yo nos aprendimos algunas de las primeras canciones de VanVan y las cantábamos junto a las nuestras, en momentos de esparcimiento. Toda aquella identificación inicial espontánea fue lo que permitió la fluidez del trabajo que más tarde hicimos juntos.
Yo no tengo complejo de Rodrigo de Triana, por eso podrán excusarme que termine diciendo que el primero que dijo: “Si el Reino Unido tiene a The Beatles, Cuba tiene a Los VanVan”, fui yo.
Un abrazo.
Silvio Rodriguez
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